
El libro intenta mostrar que a lo largo de los años el rugby
fue cambiando su ritmo, forma de juego y tradiciones, pero lo que no cambió
nunca fueron sus valores. Estos son los que “orientan las conductas de una personas,
por eso se les enseña a los chicos que deben actuar de la misma manera dentro y
fuera de la cancha”,admitió Galán.
La presencia de los valores sobre los que escribió, se
ejemplificaron a través de imágenes
y videos. Además explicó que en las diferentes jugadas del deporte, los gestos y
acciones se convierten en valores. “Cuando en el maul empujan todos juntos se
puede hablar de solidaridad, cuando los jugadores cumplen un plan estratégico que
presenta el entrenador o su capitán muestran compromiso, cuando se respeta y
escucha o se hace silencio se muestra educación”.
En el mundo ovalado todos tienen un lugar para participar y poder jugar,
porque lo distinto nutre y lo diverso fortalece. La oportunidad de tener chicos
con diversas aptitudes y destrezas enriquece al fortalecimiento del equipo. Se
busca que todos ellos generen lazos de amistad y compañerismo, dejando de lado
el egoísmo.

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